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jueves, 13 de noviembre de 2008

Leyenda y realidades sobre el té verde

Algo interesante que hay en la China es que existen siete necesidades diarias. Una de ellas es el Té, junto con el fuego de leña, el arroz, el aceite, la sal, la salsa de soja y el vinagre.

Hoy se sabe que el té verde, además de ser una bebida deliciosa,

  • es un preventivo del cáncer,
  • la obesidad,
  • el envejecimiento
  • y la artritis

Sus beneficios para la salud eran conocidos por los sabios de Oriente desde los tiempos de Buda.
Pero los beneficios de esta bebida, de color verde claro y delicado sabor amargo, se extienden mucho más allá de la pérdida de peso y, cada día, nuevas investigaciones los confirman. La ciencia ha confirmado que el té verde contiene un compuesto químico llamado poli fenol, integrado por catequinas, que son potentes antioxidantes. Los antioxidantes protegen al organismo de la peligrosa actividad de los radicales libres, que se cree que dan origen al cáncer y a enfermedades cardiacas, además de otras afecciones relacionadas con el envejecimiento.
Un estudio, realizado en China en 1994 y publicado por una revista estadounidense, indicaba que el té verde reducía el riesgo de cáncer de esófago en un 57% por ciento en hombres y en un 60% en mujeres. Otro reciente estudio llevado a cabo en Japón mostraba, en experimentos realizados con más 1.500 hombres, que bebiendo al menos tres tazas de té verde al día se reducían notablemente sus niveles de colesterol en la sangre.


1 comentario:

Benjamin Cornejo dijo...

La camelia sinensis, nombre botánico de la planta del té, posee una historia de proporciones mitológicas. En Occidente, la palabra Tea, que en griego significa "diosa", ha dado su nombre a este producto. En China, una popular leyenda cuenta que el emperador Shen Nung descubrió el té cuando algunas hojas cayeron sobre un puchero de su cocina en el que había agua hirviendo. Y se dice que, en India, el príncipe Sidharta, fundador del budismo, al quedarse dormido en estado de meditación, se arrancó las pestañas y las arrojó al suelo, donde dio origen a hermosas plantas de té, con unas hojas que se parecían a sus propias pestañas. Algunos historiadores aseguran que el té se consumió primero en China para dar sabor al agua hervida y proteger a las personas de la contaminación bacteriana. En el año 1211 antes de Cristo, un monje budista japonés, llamado Eisai, escribió un libro titulado "Mantener la salud bebiendo té", en el que decía: "El té es una medicina milagrosa para la salud. Tiene el extraordinario poder de prolongar la vida". Los exploradores europeos que probaron el té verde en el siglo XVI, dejaron escritos en los que se indica que el té se empleaba para curar la fiebre, los dolores de cabeza, de articulaciones y de estómago. Una planta delicada Las hojas del té contienen cafeína, como todos las infusiones que se derivan de ellas en cantidades variables. Hay muchos tipos de té, pero todos proceden de la camelia sinensis.